¿Qué reflexión crítica puede hacer alrededor de las
industrias culturales en nuestro país y los procesos socioculturales de
comunicación?
Se tiene la concepción negativa, a nivel general, de que las industrias
culturales nos impiden crecer de manera
autónoma y que orientan a la producción cultural e intelectual por su
posibilidad de consumo en el mercado.
Indudablemente la industria cultural tiene como base un manejo de una
íntima relación entre economía y psicología de masas. Esta es una realidad que
no se puede negar porque el hecho de que la mayoría de los países del mundo se
muevan a través de sistemas capitalistas, reduce la existencia de sus
habitantes a meros procesos de intercambio de bienes; a vivir por y para el capital. Pero no todo es
tan trágico, no todo es manipulación, no todo es absolutamente economía: hay
una reflexión sobre las industrias culturales y Colombia que creo que vale la
pena tener en cuenta.
Partiendo del informe provisto por el Ministerio de Cultura de Colombia
en el año 2010, no hay duda alguna de que Colombia es uno de los países en los
cuales el Estado asigna menos dinero y presupuesto para el desarrollo de las
industrias culturales. Y si tomamos también en cuenta la idea que las
industrias culturales son carentes de autenticidad e inocencia, entonces sería
fácil decir que aquellos países que tienen industrias culturales menos
desarrolladas que un país como Estados Unidos que es líder en este campo o como
países europeos en donde las industrias culturales constituyen entre el siete y
ocho porciento del PIB de ese continente; están menos alienados o manipulados.
Pero esta afirmación es inconcebible, no podemos llegar a tal conclusión porque
Colombia, aunque tenga una industria cultural que apenas despega, está también
influenciada por las industrias culturales de una manera que se orienta muy
poco hacia el desarrollo.
Es decir que el problema no es la existencia en sí de las industrias
culturales, sino de su contenido. Tal como lo planteó Theodor W.Adorno en una
parte de su escrito “La industria cultural”: “no se trata en primer lugar de
las masas, ni de las técnicas de comunicación como tales, sino del espíritu que
les es insuflado a través de la voz de su conductor”.
Quizás sea una ideal fácil de plantear, lo difícil está en poder cambiar
el contenido de las industrias culturales y la forma como nos lo presentan. Además
de promover más nuestras propias industrias culturales y no conformarnos sólo
con las extranjeras.
http://www.youtube.com/watch?v=7rC4S-iGi34
http://www.youtube.com/watch?v=7rC4S-iGi34